Durante el invierno experimentamos aire fresco y puro gracias al frío, pero lo que la mayoría de la gente no entiende es que la calidad del aire cambia. El clima frío no sólo contribuye a que las manos estén secas, el cabello electrificado y las membranas mucosas resecas, sino que muchas personas sufren resfriados y otras enfermedades durante el invierno. ¿Por qué sucede y qué podemos hacer para contrarrestarlo?
Cuando la temperatura exterior baja, afecta al aire interior y el aire se vuelve seco y árido. Esto, a su vez, afecta a nuestro cuerpo de diferentes maneras, pero sobre todo, irrita y seca nuestras membranas mucosas, lo que nos hace más susceptibles a las infecciones. Cuando estornudamos o tosemos, secretamos gotas que pueden contener partículas infecciosas. El impacto del aire seco da como resultado gotas más secas que permanecen más tiempo en el aire antes de caer a la superficie. Esto aumenta el riesgo de inhalar partículas infecciosas.
Los humanos segregamos constantemente partículas de piel; también mientras hablamos. Según los científicos de la Universidad de Lund en Suecia, se esparcen más partículas cuando cantamos o gritamos, lo que se puede ver claramente en el siguiente video. Para que las bacterias y los virus puedan infectar, las sustancias infecciosas (partículas) se liberan en el aire, se transportan y al mismo tiempo sobreviven en el ambiente depositándose en una cierta cantidad que permite la propagación de la infección. Las partículas más pequeñas que contienen menos virus pueden viajar más tiempo, mientras que las partículas más grandes que contienen un número significativamente mayor de virus caen más rápidamente al suelo o a la superficie.
Este video es parte de un estudio de investigación en la Universidad de Lund en Suecia que investiga las emisiones de aerosoles y gotitas durante el canto, en comparación con el hablar y la respiración. Fuente para más detalles: https://bit.ly/3bsa9BQ
Varios factores afectan a la forma en que las partículas se propagan en el aire. El ambiente interior es crucial, ya que la ventilación juega un papel importante en el viaje. En caso de una mala ventilación o recirculación del aire, las partículas se acumulan y el riesgo de infección aumenta exponencialmente. Las partículas de tamaño inferior a <5 µm se clasifican como aerotransportadas, lo que significa que permanecen más tiempo en el aire y se propagan más fácilmente. Las partículas que son de tamaño mayor que >5 µm se llaman gotitas. Son más pesadas, lo que también conlleva que caen al suelo más rápido, alrededor de 1 mm/segundo. Según Jakob Löndahl, Profesor Asociado de la Universidad de Lund en Suecia, las partículas y las gotitas de hasta 100 micras pueden viajar una buena distancia en el aire. Cuando inhalamos aire infectado a corta distancia (infección por gotitas), siempre es una mezcla de partículas grandes y pequeñas.
Para infectarse, las partículas deben llegar al cuerpo y esto es lo que se conoce como infección en el aire. A través del aire inhalado tenemos un camino directo hacia nuestro sistema respiratorio y esto da lugar a infecciones que causan varias enfermedades. Pero no es sólo a través del aire que inhalamos las partículas, las gotitas pueden sobrevivir durante más tiempo en la superficie. El riesgo de contraer una infección aumenta cuando tocamos una superficie con virus y bacterias activas, o al ingerir bacterias y virus de nuestras manos, y otros tipos de contacto directo.
La combinación de los contaminantes del aire provenientes de las fuentes internas y externas del medio ambiente, crea un gran impacto en la calidad del aire interior. La calidad del aire interior en los espacios cerrados puede estar hasta 50 veces más contaminada. Dependiendo de la solución de ventilación... las partículas tienden a permanecer en una habitación y pueden sobrevivir durante varias horas en ese ambiente interior si no se influye de ninguna manera. Los factores externos son difíciles de influenciar pero podemos hacer mucho para mejorar nuestro ambiente interior.
Un estudio recientemente publicado por La Academia Sjukhuset en Suecia muestra que una correcta ventilación es la clave para reducir la propagación de infecciones. Se ha encontrado un coronavirus inactivo (virus no infeccioso) en los filtros de aire de los extractores de ventilación, lo que demuestra que el sistema de ventilación está haciendo el trabajo correctamente al eliminar los patógenos dañinos de la sala. Si se puede aumentar el número de renovaciones de aire en la sala se podrán obtener grandes beneficios contra la propagación de la infección.
Este resultado muestra que es importante tener varias renovaciones de aire por hora para que se expulse o libere el aire ya usado junto con los virus en el suministro de aire. Para crear una buena Calidad de Aire Interior (CAI), también es importante revisar los filtros de las instalaciones. Recomendamos que utilice al menos un filtro de clase ePM1 60%. Además, cambiar los filtros en los intervalos correctos y someterse a un mantenimiento regular es primordial. Como complemento a la ventilación, también puede instalar purificadores de aire, la forma más rápida y fácil de mejorar la calidad del aire interior en una sala. El reduce el 99,995% de las partículas y funciona en todos los entornos públicos como oficinas, hospitales, hoteles, restaurantes y peluquerías.
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