Muchas fábricas e instalaciones de procesamiento presentan un riesgo real de explosiones de polvo combustible. Y el propio sistema de recogida de polvo puede ser una causa principal de explosiones si no está diseñado adecuadamente para su aplicación. Sus instalaciones y sus empleados podrían estar en peligro. Muchos tipos de polvo son combustibles, por ejemplo los de ingredientes alimenticios, metales, papel y celulosa, plásticos, textiles, biosólidos, madera, goma, tintes, productos farmacéuticos y pesticidas. Asociaciones como la OSHA, ATEX y la NFPA esperan que cumpla las normativas gubernamentales. Si no tiene un documento que verifique que el polvo que maneja no es combustible, debe realizar un análisis de riesgos del polvo.