La ISO 16890 es una norma internacional de clasificación para filtros de aire que, desde el 1 de julio de 2018, ha sustituido a la norma EN 779. La ISO 16890 clasifica los filtros de aire en función del material particulado (PM), lo que permite ver directamente las conexiones con nuestra salud y los contaminantes del aire. La norma también permite planificar la calidad del aire interior (CAI) de una manera completamente diferente a la anterior.
La norma anterior EN 779 clasificaba los filtros de aire de G1 a F9 y el grado de eficacia de M5 a F9 se basaba en un tamaño medio de partículas de 0,4 µm (micras). En cambio, la norma ISO 16890 calcula el grado de filtración en función de la masa de partículas en tres fracciones de tamaño diferentes PM1 (0,3-1,0 µm), PM2,5 (0,3-2,5 µm) y PM10 (0,3-10 µm). A continuación, se asigna al filtro una clase de filtración en uno de estos tres grupos o se clasifica como Coarse (filtro grueso).
Esta diferencia quiere decir que a los filtros que anteriormente tenían la misma clase según la norma EN 779 se les pueden asignar clases diferentes según la norma ISO 16890. Por lo tanto, no existe una comparación o conversión directa de las clasificaciones de los filtros de las diferentes normas.
Para que un filtro se clasifique en cualquiera de las tres clases de PM, se requiere un grado de separación de al menos el 50% de la fracción de partículas. Si un filtro no supera el 50% de separación en ninguna de las fracciones de PM, el filtro quedará con la clase de filtración del grupo Coarse (filtro grueso). El grado de filtración es una media con y sin carga estática. También se asigna al filtro un porcentaje vinculado al grupo de PM dentro del cual el filtro puede clasificarse. El porcentaje se redondea hasta un 5%. A continuación se muestran las diferentes clases de filtros que se pueden asignar a un filtro (30 clases diferentes y Coarse).
El consumo energético es otro aspecto importante, sin embargo, nunca debemos comprometer la calidad del aire para ahorrar energía "People Matter 1st".
Además de los filtros con una clase de filtración alta, también es importante disponer de una cantidad de un caudal de aire suficiente para conseguir una buena calidad del aire interior. Si tiene caudales de aire inadecuados, incluso el suministro de aire más limpio no podrá afectar a la calidad general del aire interior.