¿Cómo se debe seleccionar el filtro molecular adecuado para el aire de impulsión para la ventilación general? La norma ISO 10121-3, publicada en 2022, proporciona métodos de evaluación para filtros de fase gaseosa en aplicaciones de climatización. Mientras que Eurovent 4/26 ayuda a orientar a los profesionales de la climatización en la selección de filtros moleculares adecuados para la filtración de aire exterior, garantizando el cumplimiento de las normas de seguridad y salud y optimizando la calidad del aire interior.
La calidad del aire interior (CAI) debe considerarse de manera integral, evaluando tanto los contaminantes gaseosos como los particulados. Pasamos alrededor del 90 % de nuestras vidas en espacios interiores, por lo que tener aire limpio es crucial para nuestra salud. Los contaminantes gaseosos como el ozono (O3), el dióxido de nitrógeno (NO2), el dióxido de azufre (SO2) y los compuestos orgánicos volátiles (COV) pueden tener un impacto significativo en la salud. Mientras que los filtros de partículas capturan aerosoles, los filtros moleculares son esenciales para eliminar los contaminantes gaseosos mediante adsorción. Los contaminantes gaseosos exteriores vienen principalmente de fuentes de combustión, lo que significa que la filtración molecular eficaz es crucial en las zonas urbanas e industriales para mitigar los riesgos asociados a la exposición a largo plazo a los contaminantes atmosféricos para los ocupantes de los edificios.
En 2021, la OMS ajustó sus niveles de exposición para algunos contaminantes moleculares críticos. Estos nuevos umbrales permitieron que la norma Eurovent 4/26 identificara 3 condiciones diferentes del aire exterior que se pueden resumir en la siguiente tabla.
El sistema de clasificación ISO 10121-3 proporciona una evaluación de los filtros basada en la capacidad y la eficacia contra los contaminantes comunes, lo que facilita la selección a los profesionales de la climatización. Esta clasificación simplifica el proceso de selección de filtros al categorizarlos en función de su eficacia de eliminación de contaminantes como el O3, el NO2, el SO2 y los COV. Mediante esta clasificación, los profesionales pueden tomar decisiones informadas a la hora de seleccionar los filtros, asegurándose de que cumplen los requisitos específicos de calidad del aire de su aplicación. Una clasificación adecuada no solo mejora la calidad del aire interior, sino que también prolonga la vida útil de los filtros, lo que reduce el coste de mantenimiento y mejora la eficacia general del sistema.
La selección del filtro molecular adecuado requiere un conocimiento exhaustivo de la calidad del aire exterior local, el uso del edificio y los requisitos de filtración. Los profesionales de HVAC deben tener en cuenta factores como las concentraciones de contaminantes, los caudales de aire y el diseño del sistema para garantizar un rendimiento óptimo. Las directrices sobre calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sirven de referencia para definir niveles aceptables de contaminantes, proporcionando información valiosa sobre la eficacia de filtración necesaria. Al elegir los filtros de filtración molecular adecuados basándose en estas directrices, los profesionales de la climatización pueden mejorar la calidad del aire en los edificios, garantizando el cumplimiento de las normas sanitarias y optimizando al mismo tiempo el consumo energético y la eficiencia operativa. El control y mantenimiento regular de los filtros también es crucial para mantener su eficacia a lo largo del tiempo.