Dos hechos sorprendentes ilustran perfectamente por qué tenemos que colocar la calidad del aire en la parte superior de la agenda ambiental y de salud humana. En primer lugar, la calidad del aire que respiramos tiene un gran impacto en nuestra salud y bienestar; a nivel mundial, la contaminación atmosférica es la principal causa ambiental de muerte prematura, suponiendo un 5% del total de muertes mundiales. En segundo lugar, cada uno de nosotros inhala más de 25 millones de partículas cada vez que respiramos; cuantos más contaminantes ingerimos, mayor será la probabilidad de contraer enfermedades y de tener una mala salud. Es por eso que hemos lanzado la campaña "People Matter 1st" para poner en conocimiento los peligros (y soluciones) relacionados con la mala calidad del aire dentro de nuestros edificios, centrándonos en algunas de las partículas más pequeñas y dañinas: PM1.
Las partículas que tienen la mayor capacidad para alcanzar las zonas periféricas de nuestro sistema respiratorio son muy pequeñas, entre aproximadamente 0.01–1 μm (micras) de tamaño. La capacidad que pueden tener varias partículas para formar depósitos, es decir, la medida en que pueden quedarse atrapadas en el cuerpo, depende de su tamaño y de si pueden atravesar las paredes de las vías respiratorias, por ejemplo.
La función de los pulmones depende del aire limpio incluso en los más periféricos de los 700 millones de sacos de aire (alvéolos) donde se produce el intercambio de gases con los capilares. La sangre fluye y libera el dióxido de carbono (CO2) que se ha formado durante el proceso metabólico. Al mismo tiempo, toma oxígeno a través de los alvéolos. El oxígeno se transporta de los alvéolos a los músculos y otros órganos. El dióxido de carbono y otras impurezas salen de nuestro cuerpo cuando espiramos. Las nanopartículas, que no son mayores que un virus, pueden depositarse (quedar atrapadas) en las membranas celulares (paredes) de los alvéolos. Estas tienen una superficie total de unos 70 m² y son muy sensibles a las partículas y las sustancias dañinas. Si esas sustancias permanecen en el sistema respiratorio, pueden contribuir al desarrollo de enfisemas, edemas y otras enfermedades graves.
Disponemos de varios dispositivos para poder monitorizar la Calidad del Aire Interior, como el sensor de partículas Air Image; un sensor inteligente que posee un sistema de software en linea que monitoriza e informa sobre la calidad del aire interior (CAI) en los espacios interiores.
La idea básica de la ventilación es diluir el aire interior con aire exterior. Sin embargo, como el aire exterior está tan contaminado actualmente debido a diferentes procesos de combustión y gases de escape de motores diésel, entre otras cosas, se requieren etapas de filtración y purificación. Si el aire que procede del exterior no se limpia, existe el riesgo de que el aire interior contenga una gran cantidad de partículas en suspensión peligrosas que llegarán al tracto respiratorio y los sistemas circulatorios de las personas. Los filtros de aire eficaces en el sistema de ventilación pueden evitar la mayoría de las partículas.
Más peligrosos dentro que fuera. La contaminación interior puede ser mucho más peligrosa que la exterior. Esto se debe a que cuando las partículas y otras sustancias pasan al aire interior, se combinan en nuevas formas con las sustancias y partículas ya presentes en el interior de los edificios. Las combinaciones que pueden producirse pueden ser mucho más agresivas y, por tanto, más perjudiciales para nosotros. En los entornos interiores modernos, el aire está contaminado no solo por partículas procedentes del exterior que entran a través de puertas y ventanas y, hasta cierto punto, el sistema de ventilación, sino también por las emisiones producidas por diferentes materiales dentro del edificio. Esas emisiones consisten en partículas y sustancias que provienen de muebles, pinturas, cosméticos, materiales de construcción, productos de limpieza, etc. También se generan emisiones al cocinar, quemar troncos en una chimenea o encender velas. El ozono también puede encontrarse en espacios interiores. Ese gas se considera un contaminante del aire a nivel del suelo y puede causar irritación en el sistema respiratorio.
Hacer del aire limpio una "ley". En Camfil, creemos que respirar aire limpio debe ser un derecho humano. El impulso está concurriendo en todo el mundo para concienciar sobre los dañinos efectos del aire contaminado.
Con la norma ISO 16890, tenemos un estándar de filtración de aire que realmente indica específicamente a las personas cómo funciona un filtro de aire. También es más preciso que sus predecesores y es un estándar global que ofrece una sola prueba para todos los clientes. Es la norma de certificación de filtros de partículas más común a nivel mundial.
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