¿Qué efectos tiene la mala calidad del aire en las escuelas sobre la salud, el bienestar y la capacidad de aprendizaje de los niños? ¿Por qué los niños son más vulnerables a la contaminación atmosférica que los adultos? ¿Y cómo puede conseguir, o abogar por, un entorno de aire interior saludable en el aula?
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), casi todos los niños del mundo viven en lugares donde la contaminación del aire exterior supera los niveles de seguridad.
Una forma eficaz de proteger a nuestros hijos de la contaminación atmosférica es garantizar que el aire sea lo más limpio posible en los edificios donde pasan la mayor parte del tiempo, como en la escuela.
Sin embargo, los estudios demuestran que la calidad del aire interior (CAI) en los edificios escolares es con demasiada frecuencia deficiente e incluso perjudicial.
Los niños son los más vulnerables
La calidad deficiente del aire interior en las aulas es especialmente preocupante si tenemos en cuenta los numerosos factores que hacen a los niños más vulnerables a la contaminación atmosférica:
Menos aprendizaje cuando el aire es malo
La capacidad de centrarse, concentrarse y estar atento es un reto para muchos niños en circunstancias ideales.
Si el aire de una clase es malo, su capacidad para descubrir se convierte en un reto aún mayor.
Un estudio de 2020, sugiere que unos niveles de contaminación atmosférica un 20% más bajos podrían mejorar el desarrollo de la memoria de trabajo en un 6,1%, lo que equivale a cuatro semanas más de tiempo de aprendizaje al año.
La contaminación atmosférica provoca en los niños síntomas respiratorios como tos crónica y resfriados comunes.
El aire contaminado puede tener un efecto perjudicial sobre su función pulmonar, incluso a niveles de exposición bajos. Y puede tener también un impacto negativo en el desarrollo cerebral del niño.
Respirar aire nocivo puede provocar alteraciones en las habilidades motoras, trastornos del comportamiento y cáncer infantil. Puede aumentar el riesgo de desarrollar asma de niño, así como enfermedades cardiacas, diabetes y derrames cerebrales más adelante.
En el peor de los casos, la contaminación atmosférica conduce a la muerte. En 2016, la OMS estimó que 600.000 niños murieron por infecciones agudas de las respiratorias agudas causadas por el aire contaminado.
La solución no es complicada
Todos los niños merecen respirar un aire sano y propicio para su aprendizaje. El aire limpio en las aulas se consigue fácilmente asegurándose de que el sistema de ventilación de su edificio escolar cuenta con filtros de aire de alta calidad, por ejemplo, la gama City de Camfil.
Para ocuparse de la contaminación generada en el interior del aula -partículas que proceden de los ocupantes, el mobiliario, la pintura de las paredes, los materiales de construcción, las cortinas, las alfombras, la ropa, los bolígrafos, etc. - recomendamos complementar su filtro con los purificadores de aire de la gama City de Camfil.
Reducción de la propagación de virus
Los virus se propagan con frecuencia en ambientes interiores donde hay muchos niños, como en escuelas y
guarderías.
Un reciente estudio irlandés concluyó que los purificadores de aire de Camfil tienen la capacidad de reducir la propagación de virus transmitidos por el aire. Según el estudio, un purificador de aire City M elimina los aerosoles de las salas mal ventiladas a una velocidad cuatro veces la tasa normal. Una capacidad que ha sido especialmente valiosa durante la pandemia de la COVID-19.
Fuentes:
A national campaign to assess the quality of indoor environments in French schools
“Poor air is common in schools” by Swedish Ventilation
“Reducing air pollution could improve children’s ability to learn” by the Philips Foundation and the University of Manchester
Un estudio irlandés: Removal of aerosols in poorly ventilated spaces by University College Dublin and the Mater Hospital in Dublin
¿Qué efectos tiene la mala calidad del aire en las escuelas sobre la salud, el bienestar y la capacidad de aprendizaje de los niños? ¿Por qué los niños son más vulnerables a la contaminación atmosférica que los adultos? ¿Y cómo puede conseguir, o abogar por, un entorno de aire interior saludable en el aula?
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), casi todos los niños del mundo viven en lugares donde la contaminación del aire exterior supera los niveles de seguridad.
Una forma eficaz de proteger a nuestros hijos de la contaminación atmosférica es garantizar que el aire sea lo más limpio posible en los edificios donde pasan la mayor parte del tiempo, como en la escuela.
Sin embargo, los estudios demuestran que la calidad del aire interior (CAI) en los edificios escolares es con demasiada frecuencia deficiente e incluso perjudicial.
Los niños son los más vulnerables
La calidad deficiente del aire interior en las aulas es especialmente preocupante si tenemos en cuenta los numerosos factores que hacen a los niños más vulnerables a la contaminación atmosférica:
Menos aprendizaje cuando el aire es malo
La capacidad de centrarse, concentrarse y estar atento es un reto para muchos niños en circunstancias ideales.
Si el aire de una clase es malo, su capacidad para descubrir se convierte en un reto aún mayor.
Un estudio de 2020, sugiere que unos niveles de contaminación atmosférica un 20% más bajos podrían mejorar el desarrollo de la memoria de trabajo en un 6,1%, lo que equivale a cuatro semanas más de tiempo de aprendizaje al año.
La contaminación atmosférica provoca en los niños síntomas respiratorios como tos crónica y resfriados comunes.
El aire contaminado puede tener un efecto perjudicial sobre su función pulmonar, incluso a niveles de exposición bajos. Y puede tener también un impacto negativo en el desarrollo cerebral del niño.
Respirar aire nocivo puede provocar alteraciones en las habilidades motoras, trastornos del comportamiento y cáncer infantil. Puede aumentar el riesgo de desarrollar asma de niño, así como enfermedades cardiacas, diabetes y derrames cerebrales más adelante.
En el peor de los casos, la contaminación atmosférica conduce a la muerte. En 2016, la OMS estimó que 600.000 niños murieron por infecciones agudas de las respiratorias agudas causadas por el aire contaminado.
La solución no es complicada
Todos los niños merecen respirar un aire sano y propicio para su aprendizaje. El aire limpio en las aulas se consigue fácilmente asegurándose de que el sistema de ventilación de su edificio escolar cuenta con filtros de aire de alta calidad, por ejemplo, la gama City de Camfil.
Para ocuparse de la contaminación generada en el interior del aula -partículas que proceden de los ocupantes, el mobiliario, la pintura de las paredes, los materiales de construcción, las cortinas, las alfombras, la ropa, los bolígrafos, etc. - recomendamos complementar su filtro con los purificadores de aire de la gama City de Camfil.
Reducción de la propagación de virus
Los virus se propagan con frecuencia en ambientes interiores donde hay muchos niños, como en escuelas y
guarderías.
Un reciente estudio irlandés concluyó que los purificadores de aire de Camfil tienen la capacidad de reducir la propagación de virus transmitidos por el aire. Según el estudio, un purificador de aire City M elimina los aerosoles de las salas mal ventiladas a una velocidad cuatro veces la tasa normal. Una capacidad que ha sido especialmente valiosa durante la pandemia de la COVID-19.
Fuentes:
A national campaign to assess the quality of indoor environments in French schools
“Poor air is common in schools” by Swedish Ventilation
“Reducing air pollution could improve children’s ability to learn” by the Philips Foundation and the University of Manchester
Un estudio irlandés: Removal of aerosols in poorly ventilated spaces by University College Dublin and the Mater Hospital in Dublin