Aunque existen estándares de ingeniería que recomiendan niveles de filtración de aire para aviones, no existe un requisito federal para que los aviones instalen sistemas de filtración.
“El problema de la calidad del aire en los aviones es que realmente estás hablando de incubar contaminantes que se generan dentro de la cabina”, declaró Kevin Wood, vicepresidente de Ventas y Marketing de Camfil USA. “Y sin un sistema de filtración de aire, los pasajeros pueden inhalar o ingerir estos contaminantes, que empeoran problemas respiratorios como el asma. Por eso es importante que los pasajeros de las aerolíneas entiendan cuáles son los factores que determinan la calidad del aire dentro de un avión”.
Según un artículo del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, algunos de los posibles problemas del aire de las cabinas son: (1)
Y, según un artículo publicado en la web de la asociación de asistentes de vuelo estadounidense, (2) existen otras fuentes de contaminación en las cabinas de los aviones, como los “bioefluentes”, que se liberan en el aire cuando exhalamos:
“…nuestras exhalaciones contienen todo tipo de gases y vapores, como dióxido de carbono, etanol y aldehídos…[y] las gotitas de vapor de agua presentes en el aliento o en un estornudo o expectoración pueden aportar bacterias y virus al aire. Al mismo tiempo, la piel desprende partículas que también pueden transportar bacterias y virus, y el sistema digestivo genera gases”.
Aunque existen estándares de ingeniería que recomiendan ciertos niveles de filtración en las aeronaves, no hay ningún requisito federal estadounidense que obligue a instalar filtros de aire en los aviones, lo cual significa que es posible que el aire de las cabinas no se filtre ni purifique en absoluto, dejándonos expuestos a las partículas nocivas.
La cuestión de la calidad del aire en los aviones se convirtió en un tema candente hace poco, cuando cuatro asistentes de vuelo pusieron una denuncia contra Boeing, en la que acusaban a este gigante aeroespacial de negligencia respecto a la presencia de humos tóxicos dentro de la cabina de una aeronave. Según un artículo de USA Today, (3) los cuatro asistentes de vuelo estaban de servicio en un vuelo de Alaska Airlines que se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia tras un escape de humos tóxicos en la cabina.
Tras aterrizar el avión, los cuatro asistentes fueron trasladados rápidamente a un hospital y dos de ellos ya habían perdido el conocimiento mientras el avión aún estaba en vuelo. Los cuatro denunciaron a Boeing, la empresa proveedora de aviones de Alaska Airlines, por "exponerlos a ellos y a los pasajeros del avión a humos tóxicos que se filtran al sistema de ventilación del avión”.
Como se explica en el artículo, la mayoría de los aviones reciben ventilación por medio de aire del exterior que circula hacia la cabina pasando por los motores. Se denomina “sistema de aire de purga” y se emplea en una gran variedad de aeronaves para generar aire limpio dentro de la cabina. Pero, si algo sale mal, por ejemplo si se rompe una junta en un motor, el aceite puede contaminar el aire que fluye a la cabina. La demanda de los asistentes de vuelo acusa a Boeing de tener constancia del problema desde los años 50 y no haber hecho nada para solucionarlo.
Sin embargo, lo más preocupante es que el sistema de aire de purga puede generar aire contaminado en una cabina sin que aparezca humo negro, lo cual significa que los pasajeros pueden estar respirando aire tóxico sin ser conscientes de ello.
Por ese motivo, en la demanda se pedía a Boeing que instalasen sensores de calidad del aire que avisen a los pilotos si hay aire contaminado circulando por la cabina.
Además según un artículo de Gizmodo, (4) la mala calidad del aire en los aviones puede provocar síntomas como “…irritación de ojos, nariz y garganta, dolores de cabeza, aturdimiento y mareo, fatiga, debilidad, sensación de malestar general, confusión y dificultad para concentrarse”.
Para los expertos de salud que intentan defender el argumento de que la calidad del aire en los aviones puede poner en riesgo la salud pública, la dificultad estriba en que no hay muchos pasajeros que notifiquen estos síntomas a su médico, por lo que hay muy pocas pruebas anecdóticas.
En la mayoría de los casos, son los asistentes de vuelo quienes afirman padecer estos síntomas y, a menos que pongan una denuncia, es poco probable que la cuestión de la calidad del aire en los aviones reciba la atención que merece a fin de proteger a los pasajeros.
Las soluciones de filtración de aire energéticamente eficientes pueden ayudar a eliminar gran parte de los contaminantes presentes en las cabinas de los aviones. La mayoría de los aviones de pasajeros incorporan en su diseño filtros HEPA para limpiar el aire que recircula en su interior. En algunas ocasiones, las aerolíneas retiran los filtros porque hacer pasar el aire a través de ellos consume energía, lo que supone un gasto adicional de dinero en combustible. No obstante, la mayoría emplean los filtros como es debido para proteger a sus clientes y empleados.