H.C. Ørstedsværket se construyó en Dinamarca entre 1916 y 1920 y se convirtió en la primera central eléctrica con corriente alterna de alto voltaje de Copenhague. La planta complementaba las tres estaciones eléctricas de corriente alterna de la municipalidad de Copenhague y estuvo en servicio durante muchos años como central eléctrica para abastecer a Copenhague y gran parte de Selandia.
Con el paso de los años, la producción de energía ha pasado del carbón, el gas y el petróleo a formas de energía más respetuosas con el medio ambiente, por lo que muchas centrales eléctricas tradicionales ya no desempeñan el mismo papel que cuando se construyeron. Algunas de estas antiguas plantas se han reconvertido hacia otras formas de producción de energía y otras, para fines totalmente distintos.
H.C. Ørstedsværket es un edificio de cierta importancia arquitectónica y en 2007 fue nombrado monumento nacional industrial por la Agencia Danesa para la Cultura y los Palacios. Los edificios se van a utilizar para una nueva forma de producción de energía, pero antes hay que retirar las antiguas calderas y otros equipos.
Kingo Karlsen, una destacada empresa de demolición danesa con más de 60 años de experiencia en el sector, ha recibido el encargo de preparar los edificios para su nuevo cometido.
Durante el proceso de retirada de las cuatro calderas de 28 metros de altura, es preciso manipular muchos materiales perjudiciales para el medio ambiente y, además, el proceso de demolición crea polvo y humo y se debe evitar que se propaguen fuera del edificio. También hay amianto en el aislamiento, que es peligroso si se inhala. Por lo tanto, es muy importante utilizar equipos adecuados para que tanto los empleados como el entorno circundante estén protegidos conforme dictan las leyes.
Para garantizar que se mantenga la presión negativa requerida en los edificios y filtrar el polvo nocivo, Kingo decidió emplear los captadores portátiles modulares y medioambientales de Camfil durante el proceso de demolición. El captador medioambiental modular está construido dentro de un contenedor de 20 pies con una capacidad de 2 x 10.000 m³/h y se colocaron varios captadores de polvo modulares, cada uno con una capacidad de 4000 m³/h, en puntos estratégicos del lugar de la demolición.
Ambos tipos de captadores son flexibles y se pueden usar según las necesidades. Los captadores medioambientales portátiles de Camfil incorporan filtros de cartucho con función de autolimpieza que filtran la mayor parte del polvo y lo descargan al captadores por medio de una válvula rotativa a una bolsa de gran tamaño. A continuación de los filtros de cartucho hay filtros HEPA integrados para asegurar una filtración suficientemente efectiva. Si hay gases como los bifenilos policlorados en el edificio, se puede conectar un filtro de carbón activo al filtro HEPA.
A diferencia de los captadores medioambientales empleados con anterioridad, los de Camfil pueden mantener su capacidad durante toda la tarea. Los filtros de cartucho con autolimpieza garantizan una succión máxima. Al mismo tiempo, los filtros HEPA quedan protegidos contra las altas cargas de polvo y su vida útil se prolonga considerablemente.
Los captadores medioambientales de Camfil solo necesitan conectarse a una fuente de alimentación para funcionar, por lo que conseguir un buen entorno de trabajo es tarea fácil.
Kingo ha empleado a 16 trabajadores en el proyecto de H.C. Ørstedsværket durante dos años, en los que las calderas y otras piezas de acero se cortan en partes más pequeñas con cortador a soplete, y los materiales de aislamiento y construcción se destruyen. En total, en esos dos años se han retirado 6500 toneladas de material.
Según el gestor de contratos de Kingo Karlsen, Bent Kjeldsen, el entorno laboral de este tipo de trabajos ha mejorado considerablemente al invertir en estos captadores. A día de hoy, Kingo Karlsen posee varios captadores medioambientales y modulares de Camfil.
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