Los sistemas de aislamiento y supresión química se utilizan para detectar y suprimir explosiones o incendios dentro de los sistemas de captación de polvo y proteger así el captador de polvo y la instalación en general. Suelen utilizarse cuando no es posible ventilar de forma segura una explosión o cuando el polvo es nocivo o tóxico. El sistema supervisa continuamente las presiones y temperaturas del sistema y, cuando detecta condiciones extremas, se activa en milisegundos y libera un agente químico para extinguir las llamas antes de que se produzca una explosión.